Antonio Sánchez, integrante de la Asamblea de Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio (APIT) de Oaxaca, México, comparte la lucha que articula a comunidades originarias como el pueblo Ayu (zapoteco) y el pueblo Chontal frente al avance de los megaproyectos neoliberales que buscan despojar a las comunidades de sus tierras.
Las comunidades del Istmo enfrentan no solo la imposición de megaproyectos energéticos y extractivos, sino también una violencia sistemática, donde el narcotráfico se ha incrustado en las estructuras de gobierno. A ello se suma la cooptación de sectores políticos que antes acompañaban las luchas sociales, lo que ha generado un panorama de despojo, muerte y desplazamiento.
Frente a esta realidad, la APIT participa en la Caravana Mesoamericana por la Vida y el Cambio Climático, una iniciativa que se organiza en el marco de los 30 años de la Coordinadora de Organizaciones del Campo. La caravana partirá el 12 de octubre desde Guatemala y recorrerá países como El Salvador, Costa Rica, Panamá, Colombia y Brasil, con el objetivo de articular luchas que comparten raíces históricas, culturales y también desafíos comunes frente al modelo extractivista.
“La caravana busca dejar atrás las divisiones impuestas por las fronteras coloniales y caminar como un solo pueblo mesoamericano”
Esta presente el llamado a organizaciones y comunidades a sumarse y acuerpar este proceso que pretende enfrentar unidos los proyectos de muerte y destrucción.
Oaxaca, históricamente ha sido y sigue siendo un bastión de los movimientos sociales en México. Sin embargo, la lucha trasciende lo local: “No nos enfrentamos únicamente al Estado, sino al sistema neoliberal que divide y despoja”
Para la Asamblea del Istmo, este proceso de articulación no solo busca resistir, sino también fortalecer la memoria insurrecta de los pueblos mesoamericanos, compartiendo experiencias de defensa territorial, estrategias comunitarias y horizontes de vida digna.