La Lucha Kurda: La esperanza para los pueblos del mundo

En un mundo fracturado por fronteras y la lógica extractivista, la resistencia del pueblo kurdo emerge no como un conflicto lejano, sino como un espejo en el que muchas luchas por la autonomía se reflejan. Su batalla trasciende la mera reivindicación nacional para convertirse en un proyecto civilizatorio profundamente esperanzador. Es un llamado a recordar que otro mundo no solo es posible, sino que ya se está construyendo desde las bases, con la liberación de las mujeres y la defensa de la tierra como pilares irrenunciables. Su ejemplo se ha vuelto un referente indispensable porque ofrece un modelo concreto de autogobierno que replica, no el poder del Estado, sino el poder de lo comunitario, una lección que todos los pueblos que anclan su existencia a un territorio deberían observar y hacer propia. Esta es su voz, dirigida a los pueblos originarios de Abya Yala.

Reconocimiento y Contexto

1. Presentación y territorio: ¿Podrían contarnos brevemente sobre la lucha del pueblo kurdo, especialmente sobre su relación con la tierra y el territorio que habitan? ¿Cuáles han sido los pilares centrales de su proyecto de autogobierno y autonomía?

“Kurdistán es un territorio en la Alta Mesopotamia, la cuna de las primeras sociedades humanas. Hoy está dividido entre cuatro estados-nación: Turquía, Siria, Irán e Irak, una repartición hecha después de la Primera Guerra Mundial. Es un territorio multietnico, habitado por kurdos, árabes, armenios, asirios y muchos otros pueblos. El pueblo kurdo, de unos 45 millones de personas, nunca ha tenido un estado propio y ha resistido históricamente a imperios y estados-nación. Nuestras raíces están en las primeras sociedades sedentarias de Mesopotamia, y a pesar de la represión, hemos protegido nuestra cultura y lengua.

Nuestro movimiento surge en 1978 como un movimiento de liberación nacional que pretendía generar un estado socialista, pero nunca fue nacionalista clásico. Su primer lema fue ‘Kurdistán es una colonia’. La relación con la tierra es sagrada; en nuestra tradición originaria está prohibido venderla. Toda la lucha ha sido por defender el territorio, entendido no solo como tierra física, sino como cultura, historia e identidad. Un principio fundamental es la Wêlatparêzî (la defensa y el amor por la tierra.) La filosofía es clara: ‘aquella persona que no ama su tierra no puede amar a nadie’ y ‘aquella persona cuya tierra no es libre, no puede ser libre’.

Los pilares centrales de nuestro proyecto, el Confederalismo Democrático, son tres: Una democracia de base participativa y radical. La liberación de las mujeres como pilar indiscutible y la ecología o defensa de la naturaleza.

2. Identidad y resistencia cultural: ¿Cómo ha sido su proceso de resistencia cultural y la reivindicación de su identidad kurda frente a la asimilación?

“Cuando empieza la lucha, supuso un gran esfuerzo recuperar la historia del pueblo kurdo, todo lo que vivía a escondidas porque estaba totalmente reprimido hablar en kurdo o vivir cualquier tradición. Ese esfuerzo por recuperar lo que pertenece al pueblo kurdo y descolonizar lo impuesto por la modernidad capitalista continúa hoy. Se le da mucho valor a rescatar nuestra verdad histórica.

El cambio de paradigma vino con nuestra guía ideológica, Abdullah Öcalan, quien, desde su encarcelamiento en 1999, sistematizó una nueva propuesta. Él investigó las dinámicas sociales históricas y se dio cuenta de que había una forma común de organizarse en las sociedades: una forma confederal democrática. El Confederalismo Democrático es, en esencia, la revitalización del sistema ancestral más antiguo de la humanidad. No es inventar algo nuevo, sino rescatar la verdad de los pueblos, sistematizarla y dotarla de un pensamiento sobre el cual cualquier pueblo pueda tejer su autonomía.”

Luchas Comunes y Estrategias

3. Autonomía y autogobierno: ¿Cómo organizan la justicia, la educación, la salud y la defensa del territorio desde sus propias estructuras comunitarias?

“El sistema del Confederalismo Democrático se organiza en base en asambleas, comunas y consejos, todas las necesidades de la vida: educación, justicia, economía, cultura, salud. Se articula de forma multidimensional, siempre democrática y con los valores de liberación de las mujeres y defensa de la naturaleza. Paralelamente a las estructuras mixtas, existen estructuras autónomas de mujeres para cada ámbito (economía, salud, justicia), para que brote su voluntad y su color, que inunde las comunidades.

La asamblea es el corazón. La comuna es la célula más pequeña. Para nosotros, la contradicción fundamental no es entre clases, sino entre el Estado y la comuna. El Estado surgió hace unos 5.000 años en detrimento de lo comunitario. Por eso, la auténtica comunidad no es solo vivir juntos, sino ser una ‘sociedad ética y política’: organizarse para afrontar la vida, reproducirla y tener principios éticos comunes. La democracia debe ser radical y profunda, aplicándose también ‘de puertas para adentro’ en las familias.”

4. Defensa de la tierra y el territorio: ¿Cuáles son las principales amenazas y qué estrategias de defensa territorial han construido?

“Kurdistán es el centro de esta tercera guerra mundial por la hegemonía. Sufrimos todos los ataques imaginables: ideológicos a través de los medios, narcotráfico, prostitución, y una guerra terrible con el segundo ejército más grande de la OTAN, Turquía, que utiliza drones, aviones y armas químicas prohibidas. Más de 50.000 compañeros y compañeras han dado la vida en 52 años de lucha. Es una batalla ideológica, militar y económica donde todas las potencias mundiales juegan un rol.

Nuestra estrategia más importante es generar nuestro propio sistema. La organización y la formación son vitales; en Kurdistán dicen que la educación es más importante que el agua. Incluso en cuevas, la formación continúa. Estamos en un momento de intentar dialogar con los estados turco y sirio desde una posición de fuerza, por todo lo construido a nivel de base—millones de personas organizadas—para parar la guerra y proteger el sistema autónomo, dedicando menos esfuerzo a la autodefensa y más a la construcción.”

5. Liberación de la mujer: ¿Cómo se construye esta lucha antipatriarcal dentro de su movimiento?

“Desde el principio, la liberación de las mujeres fue importante. Había compañeras fundadoras y para Abdullah Öcalan siempre fue una lucha central. Con la práctica, se dieron cuenta de que sin erradicar el patriarcado, no se podía conseguir la liberación del pueblo. La consigna es: ‘un pueblo donde sus mujeres no sean libres, no puede ser libre’.

Se promovió la creación de organizaciones autónomas de mujeres en todos los niveles del movimiento. Se diagnosticó que sin espacios autónomos, donde las mujeres puedan buscar su historia y resistencia, no puede brotar su voluntad real, porque en los espacios mixtos predomina la mirada del hombre, que lleva cinco mil años dominando. La liberación de las mujeres se consolidó como una línea central, estratégica y esencial. Öcalan definió a la mujer como ‘la primera colonia’, sobre cuya esclavización se construyó la propiedad privada y el Estado. Por eso, poner a las mujeres en el centro no es una opción, es la garantía de caminar hacia la libertad.”

6. Organización comunitaria: ¿Cómo es la toma de decisiones? ¿Qué papel tienen las asambleas y el trabajo colectivo?

“Como dijimos, la asamblea es el corazón. El sistema se basa en que para conseguir una sociedad libre, tiene que estar constituida por individuos libres. Todos se preparan para liderar; todo el mundo tiene liderazgo. Cuando Öcalan fue capturado, no cortaron la cabeza del movimiento pensaron que al apresarlo el cuerpo no serviría y se dio todo lo contrario, tomamos más fuerza, porque todo el mundo tiene cabeza. Todos asumimos más responsabilidad.

La comuna es el centro. La democracia debe ser una actitud constante, no solo una reunión. El sistema de autogobierno organiza desde la base para transformar la vida completamente, no de forma parcial. Se trata de construir una sociedad que se autogestiona ética y políticamente.”

Solidaridad Concreta y Futuro Compartido

7. Aprendizajes mutuos: ¿Qué cree que los movimientos de Mesoamérica y el movimiento kurdo pueden aprender el uno del otro?

“La cosmovisión de los pueblos de Mesoamérica, al igual que los de Latinoamérica, tiene muchísimas formas en común con nuestra propuesta. Precisamente, lo que intenta rescatar el Confederalismo Democrático es esa lógica ancestral de organización. Öcalan no inventó, sino que sistematizó la verdad de los pueblos en un sistema que siempre ha existido, pero debilitado.

Hay dos ríos en la historia: el río del sistema de dominación capitalista y estatista, y el río del sistema comunal de los pueblos y las mujeres. Nuestros análisis son similares, tenemos un enemigo común. La oportunidad es generar una articulación internacional que permita plantar cara y crear la alternativa. Hay que superar el tiempo de la solidaridad para hacer relaciones estratégicas, conectar nuestras luchas para que, mientras el capitalismo se desmorona, sea el sistema de los pueblos el que resurja y ofrezca la solución.”

8. ¿Cómo podemos ser solidarias?: ¿De qué formas concretas creen que los movimientos sociales de Mesoamérica podemos apoyar su lucha?

“Hacemos un llamamiento a todas las comunidades y pueblos de América Latina a dialogar sobre las posibilidades de articulación. América Latina es uno de los lugares con una resistencia más fuerte a nivel mundial. Tenemos grandes expectativas de que una alianza entre Kurdistán y los movimientos de este continente puede dar pasos que cambien el rumbo de la historia.

Necesitamos poner más esfuerzos en esa articulación a nivel internacional para generar un sistema propio que sea una alternativa real. Y, específicamente, un llamamiento a todas las mujeres a organizarse, a entrar en diálogo para generar formas de articulación internacional que sirvan como puerta de libertad para los pueblos.”

9. Mensaje final: ¿Qué mensaje les gustaría dejarle a los pueblos originarios de Mesoamérica?

“Estamos en un momento de gran peligro a nivel mundial, pero también de grandes oportunidades. El sistema capitalista patriarcal está en crisis, y en este momento de reformulación se abren brechas donde es posible que el río de los pueblos, las comunidades y las mujeres venza. Será un camino largo, pero creemos que puede haber un importante cambio de fase a nuestro favor.

Las mujeres son la garantía. Si queremos arrancar de raíz el problema, tenemos que combatir el patriarcado. Pongamos a las mujeres en el centro. Sin la libertad de las mujeres no hay libertad para los pueblos. Que este diálogo sea el inicio de una alianza que nos permita construir, juntos, ese otro mundo posible y necesario.”

Entrevista realizada a Aida Fento